Una de las vinculaciones más comprometidas y plenas entre los seres humanos es la amistad, en la que entran en juego, simplemente, el grado de sensibilidad, la receptividad, la imaginación, la tolerancia y el poder de manifestarse.
Quienes manejan mal estas emociones profundas son, generalmente, aquellas personas que no pueden ir por la vida acompañados del amor desinteresado e incondicional de un amigo.
Los signos de Fuego, Aries, Leo y Sagitario, con su energía excitable y entusiasta, confían plenamente en sus propias posibilidades y son protectores, pero suelen impacientarse con los más débiles o inferiores. Nunca lo hacen con mala intención; simplemente, no saben esperar. Por su forma directa y explosiva de expresarse, pueden cautivar a los demás pero también, herirlos.
La personalidad multifacética de los signos de Aire –Libra, Géminis y Acuario- lleva a estos nativos a ser quienes tengan más necesidad de dejar salir las ideas propias frente a los otros. Muy curiosos e inquietos, suelen frecuentar muchos ambientes con el fin de hacerse de varios amigos de diversas naturalezas. Tienen una necesidad casi innata de sentirse en compañía y de establecer comunicaciones. Aceptar los puntos de vista de los demás no les resulta tarea sencilla, siendo los de Acuario quienes otorgan más importancia a la amistad que a lo amoroso, respetando profundamente la forma de pensar y la independencia de sus amigos.
El elemento Agua, con Cáncer, Escorpio y Piscis como representantes, nos permite entrar al mundo del inconsciente y al de las emociones. Con mucha sensibilidad, parecen necesitar siempre de protección y apoyo y son capaces de realizar grandes proezas por una amistad.
Desde el elemento Tierra, Tauro, Virgo y Capricornio, se relacionan con los amigos, siendo conscientes de sus obligaciones y deberes para con el otro. Quizá demuestren ser algo lentos para relacionarse, ya que, antes de embarcarse en esta aventura de la amistad, tienen que estar completamente seguros de los resultados.