Habiendo doce signos en el zodíaco, es improbable que en nuestro entorno social no nos hayamos topado con un Cáncer en algún momento. Los representantes de este signo, son personas muy fieles en cuanto al tema de la amistad. Entregados, apasionados y cuidadosos, son los que nos permiten encontrar un espacio donde podemos fluir en aguas tranquilas. Cáncer es de carácter doméstico, detallista y servicial. Por eso es que tenerlos de anfitriones siempre garantizará que cada velada, sea poco menos que inolvidable.
Claro está que no todo será de brillo perpetuo a su alrededor, ya que su compatibilidad no es de 100 puntos con todos. Por ejemplo, si lo ponemos en el mismo ámbito de un Escorpio o un Piscis, podremos ver la amistad en su más profunda exhibición. Los signos de agua siempre le sientan bien a Cáncer. Sin embargo, al lado de un Tauro: estable y perseverante, cáncer estará a sus anchas por su carácter de cuidador de la estabilidad y su potencial de lucha y perseverancia. Ama la expresión de Shakespeare cuando dijo: “Si el hombre fuera constante, sería perfecto”. Un Cáncer suspira ante esa cita.
Pero como estamos tratando el tema de la amistad con este bello signo zodiacal, podemos ver que siendo Cáncer un Relacionista por excelencia, su misma condición lo lleva a ser en primer término, receptivo, es decir, abierto a nuevos amigos; no muy selectivo de entrada, pero sí a medida que los nuevos amigos se muestran y dejan ver sus intenciones. Es cuidadoso de lo que ama y le rodea. Es celoso e impulsivo en sus expresiones, así que no esperemos de Cáncer que sea pacífico cuando se le traiciona, o cuando se le reemplaza por una nueva amistad. Cuando ve que el agua se pone turbia, sabe alejarse y guardar silencio hasta esperar que se aclare.
En los amigos siempre buscará su misma disposición y entrega. Sabe guardar secretos y pondría su vida por sus amigos; así que, ¿por qué no esperar lo mismo? Es muy desprendido ante las necesidades del otro y superpone las necesidades de sus amigos, a las suyas propias. Eso sí, nunca veremos a un auténtico y centrado Cáncer con actitudes ególatras y encendiendo luces o fuegos artificiales para que vean sus obras. Más bien por el contrario, le resulta más fácil pasar desapercibido en esa área.
Lo que fragiliza la amistad con Cáncer son más bien, las palabras hirientes, la crítica o la palabra no edificante y el someterle a presión obsesiva. Su sensibilidad le lleva a ser frágil al ser blanco de quienes pretendan herirle y provocarán en Cáncer la búsqueda de refugio en sí mismos, haciendo que se aparten hasta casi desaparecer del plano social.
Así que si buscamos a un amigo auténtico, fiel, servicial, valiente, entregado, desprendido y apasionado, busquemos a un Cáncer y establezcamos en ellos un nido de amistad, donde cada día y cada momento, será un espacio donde sentirse seguro, escuchado, respetado y hasta mimado por los encantos de la fidelidad y la genuinidad de un gran amigo.